La primera vez que vi un seno, dejé de entender el mundo. Aquellas tersas líneas recta
La primera vez que vi un seno, dejé de entender el mundo. Aquellas tersas líneas rectas (del amor) se transformaron en laberínticas secuencias… en mecánicas complejas. El universo me pareció un lugar menos asequible, menos cercano. Lejos de la visión globalizadora de un niño, como si ese ‘algo’ se me hubiera estado escapando todo este tiempo. Como si las cosas se movieran, de repente, por motivos que yo había ignorado durante tantos años. Una vida cálida y hostil. Habitable, a duras penas. Epifanía e inyección de sangre. Como si a través de ese seno -pequeña, serena, chic- pudiera comunicarme con mí pasado y lanzar mensajes a un futuro. La eternidad resumida en un volcán que late desde su formación en aquel centro de magma emocional, ante aquel hermoso lecho de dos aureolas. Los senos, apenas descubierta y presa aún de un sujetador marcial, era la consecuencia de un amor adolescente, de un encuentro furtivo, de un deseo que iba más allá de todo lo que hasta entonces conocía. Algo nuevo, enhiesto, y cálido. Demoledor. Único. El sexo como nueva comunicación entre personas que se aman. Aunque fuera un amor torpe, tierno, y dando en formas resultados jeroglíficos de carne. Sustituir las palabras por besos y los besos por inmersión suave en el cuerpo ajeno. Y al principio aquello senos. Como un fuego artificial de nieve. La inocencia no se pierde, sólo se abandona entre susurros. Se deja allí, esquinada, con la esperanza de volver a recogerla más adelante. Aunque ese momento no llegue nunca. En el amor, abandoné inocencia sumergido entre senos y cartografiando latidos en otros mundos. Conversaciones de piel a piel en dormitorio ajeno. En una esquina, como la piel mudada de una serpiente, quedó transparente y retorcido el niño que fui. Away #TheBolshoi #MusicLovers #Klimt #Escritos #Life (at Neue Galerie New York) https://www.instagram.com/p/CLAaB7xAi9q/?igshid=bcqeurll0m8t -- source link
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